Gigi Ambar: Quién fue? Qué fue de ella?
A propósito de la entrada sobre el Capri, me preguntan por Gigi Ambar: unos, quién fue para aparecer entre tantos nombres de brillo; otros, qué fue de ella. Poco he podido averiguar, entre amigos que la conocieron y alguna prensa de esos años. Nacida con el nombre de María del Carmen Rodríguez, Gigi Ambar fue una de las cantantes que hicieron furor en La Habana de los sesenta, pero que ya nunca podremos escuchar y valorar. Sencillamente, es una de las tantas y tantos cantantes de la década de los sesenta que no dejaron grabaciones en Cuba.
Gigi Ambar en 1960
Si confiamos en lo que refleja la prensa de la época, tendremos que convenir en que Gigi tuvo una ascendente carrera y llego a cotas muy altas en el favor del público. En su edición de enero de 1960, la revista Show dedica una página a la semblanza que su corresponsal en Caracas –identificado como El Chiclayano- hace de la cantante cubana, bajo el título “Gigi Ambar, (sic) enloquece a los públicos del Sur América”.[1] Según este artículo, Gigi tuvo una carrera ascendente en Suramérica a partir de de la segunda mitad de los cincuenta. Inició sus actuaciones en Brasil, primero en Sao Paulo y luego en Río de Janeiro donde obtiene un contrato de un canal televisivo por un año. Despúes pasa a Argentina, donde se presenta en el Teatro Tabarís, un clásico del repertorio revisteril, y en el Nacional de Buenos Aires. Sigue a Chile, como estrella de la compañía Bim Bam Bum y actúa en el teatro Opera. Fue allí -según El Chiclayano- donde recibe el nombre artístico por el que se le conocerá rotundamente. En Chile permanece un año, y se presenta en los mejores night clubs de varias ciudades. En Lima, Perú es contratada para el lujoso Grill Bolívar yEmbassy y realiza presentaciones con la compañía Bim Bam Bum, durante todo un año, llegando a ser proclamada como la Reina de los Artistas del Perú.
Viaja luego a Venezuela fichada por Radio Caracas TV, para los programas Show de las 12 y El Show de Renny Ottolina, los mejores de ese momento. Su triunfo también ha sido rotundo: es la única artista que se presenta dos veces en los mismos shows en una misma temporada, un record entonces en Radio Caracas TV. Regresa a La Habana en 1960, luego de esta prolongada gira suramericana y de inmediato es contratada para en el Autopista Club, en la zona que entonces llamaban Alturas del Biltmore, en Miramar, integrándose al show del productor y coreógrafo Henry Bell, junto a otras cantantes que ya también empezaban ya a destacarse en los escenarios: Gina León y Vilma Valle.[2] Como descubrimiento feliz, corren las voces sobre la presencia de Gigi en La Habana y la excelencia de su desempeño en el Autopista Club. Para verla y escucharla, el Autopista se pone de moda y muchos artistas y cantantes acuden a verla.
En septiembre, Gigi ya está en el Parisién del Hotel Nacional, cuyo show integraba la indiscutible supremacía de los cuatro mejores en los mejores hoteles: el cabaret Caribe del hotel Habana Libre; el Copa Room en el hotel Riviera y el Casino de Capri-Salón Rojo en el hotel Capri. La crítica especializada se hace eco del mano a mano entre Gigi Ambar y Celeste Mendoza en la pista del Parisién, momento estelar del show “Afrocubana” producido por Julio Sandor, con un elenco que también integraban el cuarteto Los Modernistas, Ana Gloria (sí, la misma de Rolando en Tropicana), la pareja danzaría de Guille y Willy, y el llamado “Tenor de las Américas”, René Cabel.
Así lo contaba la revista Show: “Gigi Ambar, voz espectacular de inusitados registros, con la virtud de matizar espléndidamente (…) pese a ser una artista de cortinas, se bate con Celeste en la producción como una experimentada en este ángulo de las bambalinas que es la manifestación teatral.. El duelo Gigi vs. Celeste es la comidilla del mes del renglón artístico en la vida nocturna habanera y por su sensacionalismo resultaría un suceso en cualquier parte del mundo, aún hasta en los sitios donde no se tuvieran anticipos de nuestro folklore criollo.”[4] Celeste interpreta Blancas Azucenas, Sobre una tumba una rumba, Aquí na’má y Rumba Rica. Gigi, por su parte, canta Serenata Mulata, Plegaria al Aroye, Noche de Ronda, y también Rumba Rica.
En septiembre, el termómetro de la apasionada controversia de cada noche subió a niveles tremendos –narra la misma fuente- y resultó en una desavenencia personal entre ambas intérpretes, al punto que la dirección del cabaret Parisién se vio precisada a cambiarlas de camerinos.[5]
Un mes después, el jueves 27 de octubre, Julio Sandor estrena un nuevo show en la pista del Parisién, con música cubana y brasilera. Mantiene a parte del elenco del espectáculo anterior (Celeste Mendoza, Ana Gloria Varona, Guille y Willy y René Cabel), sustituye al cuarteto Los Modernistas por el Cuarteto D’Aida, -ya sin Elena y sin Moraima-, pero Gigi Ambar está ostensiblemente ausente. Al parecer, se intenta reemplazarle por otra vedette menos conocida: Martica Stincer.[6]
En su edición de octubre, Gigi está ausente de los espacios preferentes en que la revista Show venía insertándola, con prominencia de loas y adjetivos, e incluso, con la entrega del trofeo de la revista, desde el mes de marzo del propio 1960.
Escuetamente anunciaba, en el reporte de su corresponsal en Buenos Aires, Miguel Sánchez, la próxima llegada de Gigi a la capital rioplatense para el inmediato noviembre.[7]
No encuentro más noticias sobre Gigi Ambar hasta marzo de 1961 en que aparece presentándose en el Club Le Mans, en la confluencia de las calles 5ta. y B, en El Vedado. Allí comparte cartel con Pacho Alonso. La crítica de Show la destaca y elogia su interpretación de Tengo una debilidad y remarca sus impresionantes registros vocales y su excelente proyección escénica. [8]
Tras un breve paso por el show Serenata Mulata, enmarcada en el empeño de su productor Humberto Anido de encontrar el reemplazo de Olga Guillot, Gigi viaja a México y actúa entre otros sitios, en El Señorial. La revista Tele-Guía le dedica su portada y“ pide versos de Neruda en mármoles para esa gran artista que es un sueño”. Esto lo reproduce la revista Show en su edición de junio-julio de 1961. En un cabaret de Guadalajara actuaba al cierre de ese año.[9] Llega a ser una verdadera atracción en los espctáculos de los teatros Margo y Blanquita, en el Distrito Federal. A Gigi Ambar se le acredita una única aparición en el cine: en un rol secundario en el filme mexicano “El dengue del amor” de 1965 dirigida por Roberto Rodríguez, y en el que también interviene Dámaso Pérez Prado.[10]
Gigi permanece en México, y según referencias, tras una corta vida, muere en ese país a finales de la década de los 60.
En la edición del 11 de marzo de 1965, el diario floridano The Miami Herald en breve nota informaba de la muerte de Gigi por suicidio a la edad de 29 años, indicando como causa la imposibilidad de llevar a vivir a México con ella a su hija pequeña y a su madre. La misma nota indicaba que Gigi era cantante solista en la orquesta de Dámaso Pérez Prado. Por su parte, el diario The Tampa Tribune el 9 de abril de 1965 inserta una breve nota sobre la muerte de Gigi por suicidio a la edad de 29 años, indicando como causa la desesperación por no poder llevar a vivir a México con ella a su hija pequeña. Pero ofrece otros dos datos importantes: ubica a Gigi como cantante de la orquesta de Pérez Prado y por otra parte, indica que habría terminado de grabar recientemente un album con los temas que la hicieron popular en México. Otros medios norteamericanos se hicieron eco de la noticia. Y la posibilidad de que sea cierto que dejó grabaciones, hace que desde vayamos en su búsqueda.
Quien pueda aportar más información sobre Gigi Ambar, será siempre bienvenido.
© Rosa Marquetti Torres
[1] Revista SHOW. Enero 1960. Año V. No. 71. Pág. 32
[2] Revista SHOW. Julio 1960. Año VII. No. 77. Pag. 55
[3] Revista SHOW. Agosto 1960. Año VII. No. 78, Pp. 34 y 35
[4] Revista SHOW. Septiembre 1960. Año VII. No. 70. Pp. 14 y 15
[5] Revista SHOW. Octubre 1960. Año VII. No. 80. Pág. 37
[6] Revista SHOW. Noviembre 1960. Año VII. No. 81
[7] Revista SHOW, Octubre 1960. Año VI. No. 80. Pag. 48
[8] Revista SHOW. Marzo 1961. Año VII No. 85. Pág. 58 y 59
[9] Revista SHOW. Junio-Julio 1961. Año. VII. Nos. 88 y 89. Pag.10 y 11. Nos. 103 y 104. Enero 1962. Pag.9
[10] www.imdb.com
Otras fuentes consultadas:
Adriana Orejuela. El son no se fue de Cuba. Editorial Letras Cubanas.
Revista Bohemia. Ediciones de 1960 y 1961.
Agradecimientos especiales al mimo, actor e investigador Ramón Díaz.
© 2014. Rosa Marquetti Torres
9 Comentarios
manuel marrero
muy interesante ROSA, me gusto mucho.
saludos
manolo.
humberto
muy bueno, hay centenares de figuras que quedaron así olvidadas … excelente el empeño por rescatar esa parte de la historia musical cubana … gracias
Lucas Garve
FELICIDADES por estas investigaciones, el cabaret en Cuba aportó el soporte de su infraestructura y el espacio escénico al desarrollo de extraordinarios artistas, hoy lamentablemente olvidados….
humberto
siempre sería interesante indagar (o intentar llegar al fondo del asunto) la razón por la cual tantas figuras no alcanzaron a grabar, en distintas épocas. fue su caso, pero hay muchos más. gracias por rescatar a esta figura, Rosa.
Rosa Marquetti Torres
Humbe, ni siquiera tengo la certeza de que no haya grabado, porque Gigi Ambar estuvo en muchos países de Suramérica y luego, en México, y quien quita que haya dejado alguna grabación por ahí. Solo tengo que investigar más. En Cuba no se encuentran grabaciones suyas. Ella después del nockout de Celeste, se fue, como diríamos, «en fade» y reapareció en México.
Armando Lopez
Un rumor corrió en La Habana de los 60. Gigi volvió a México, donde fue asesinada por los mismos que habían eliminado meses antes a Cary, la mulata que bailaba rumba descalza con Miguelito, y que se decía era pareja de Gigi.
Rosa Marquetti Torres
Gracias por su comentario, Armando!! Ciertamente, no encontré mucha información sobre el final de Gigi, ni sobre las causas de su muerte.
Daimi
Soy la nieta de Gigi Ámbar, me gustaría conversar con usted Rosa sobre la vida de mi abuela.
Rosa Marquetti Torres
a Daimi. Me emocionó tu mensaje. Gracias por escribir. Te amplio por email y conversaremos. Gracias!